Por Judith Sánchez Conesa

Viaje a Francia 17-23 de mayo:

Estrasburgo.

Martes 17:

¡El viaje empezó! Éramos un grupo de doce alumnos de 1º de Bachillerato y nos acompañaban dos profesores: Panos, nuestro profesor de Historia que organiza el proyecto eTwinning, y Javier, que también es profesor de Geografía e Historia y el director del instituto. Sobre las diez de la mañana, salimos en un tren que nos llevó de Salamanca a Madrid. Tomamos varios trenes de cercanías para llegar al aeropuerto y montar en el avión que nos llevaría al aeropuerto de Basilea, que tiene la curiosidad de encontrarse entre tres países: Francia, Alemania y Suiza. Me encantó el viaje en avión. Alrededor de las siete de la tarde, esperamos un último tren que nos llevó a la estación de Estrasburgo a las diez de la noche. Tan agotador fue el viaje que aplaudimos al llegar a la estación. Allí nos reunimos con las familias. En la mía todos eran muy amables. Lo mejor del día fue conocer a mi familia y también que dormí como un bebé de lo cansada que estaba.

Miércoles 18:

Por la mañana, quedamos en la Escuela Europea y dimos un paseo por la ciudad. Estrasburgo es preciosa. Me encantaron las casas con las vigas en las fachadas, que se llaman “colombages”, y también las “enseignes” que se ponen en las tiendas. 

A mediodía, comimos en la terraza de un restaurante de bocadillos. Estaba llena de palomas que se peleaban por pan.

Después fuimos a la Escuela Europea para reunirnos con nuestros compañeros de los demás países.

Había una mesa por cada país y nos dieron a cada uno una mochila y una cinta con nuestro nombre y país, que usaríamos los dos siguientes días. Primero, nos reunieron para explicarnos las actividades que haríamos el jueves y el viernes en el Parlamento Europeo. Después, hicimos actividades con los demás compañeros para conocernos mejor, como jugar al Twister o al ping-pong. Más tarde, nos prepararon una mesa con comida y bebidas para picar. Por último, cada uno volvió a su casa con su familia.

Fue un día muy bueno.

Jueves 19:

Fue el día más importante. Por la mañana, salimos de la Escuela Europea para ir al Parlamento Europeo. Allí participamos en algunos talleres y asistimos a varias charlas con muchos chicos de nuestra edad. Después hubo un debate. Entiendo que haber ido al Parlamento es un lujo del que casi nadie disfruta, pero soy muy tímida y me agobié mucho por tener que interactuar con tanta gente, pero todos fueron siempre muy amables. Ahora que ha pasado tiempo, sé que fue un privilegio estar allí.

Después de eso, paseamos por la ciudad y cenamos en un restaurante antes de volver con nuestras familias.

Viernes 20:

Volvimos de nuevo al Parlamento. Me gustó mucho más este día en el Parlamento que el anterior. En mi opinión, fue el mejor día del viaje. Muchos alumnos hicieron sus presentaciones del Malala Price y hablaron de asociaciones que trabajan por los derechos sociales. También participamos en un debate sobre los cambios que se debían hacer en los artículos de nuestra Constitución. En cuanto al Malala Price, ganó la asociación No More Matildas.

A continuación fuimos al espacio donde los diputados europeos se reúnen. Fue muy emocionante estar allí. Nos hicieron fotos con nuestros profesores y compañeros.

Algunos de mis compañeros quedaron para pasar la tarde en un centro comercial, pero yo preferí pasar la tarde con mi familia, porque me llevaba muy bien con las dos chicas y me encantaba hablar en francés con ellas. Ya empezaba a darme pena tener que separarme de ellas al día siguiente.

Colmar.

Sábado 21:

Ese día nos despedimos de las familias y nos fuimos a Colmar. En esta ciudad, nos alojamos en un hotel. Colmar es una ciudad muy bonita que parece sacada de un cuento. Visitamos La Petite Venise, que es una zona de canales que se construyó hace varios siglos para tener allí barcos de guerra y también de paseo. Como a los reyes les gustaba ir a Colmar para pasear en góndolas italianas por los canales, llamaron a esa zona “la pequeña Venecia”. Vimos muchos barcos y un puente lleno de candados que ponen los enamorados, como uno que hay en París. Las casas que había en las orillas eran de colores y tenían colombages. Eran muy bonitas. Mi familia de Estrasburgo me había contado que los colores de las casas dependían de las profesiones y después leí que las de los pescadores eran azules, las de los carniceros eran rojas, las de los curtidores eran blancas… Paseamos por Colmar, compramos recuerdos y fuimos un rato a un parque. Cenamos en un restaurante italiano y dimos un paseo nocturno por Colmar. ¡Me encantó la ciudad!

Domingo 22:

Ese día por la mañana, fuimos andando a un pueblecito llamado Eguisheim que está muy cerca de Colmar. Por el camino vimos la Línea Maginot, que es  una muralla fortificada que se construyó después de la Primera Guerra Mundial a lo largo de la frontera con Alemania para defender a Francia de los alemanes.

Comimos en un restaurante y nos sentamos en un espacio abierto al lado de una iglesia. Volvimos a Colmar a media tarde. Unas personas descansaron en el hotel y otras se fueron a pasear. Cenamos en un restaurante italiano. Hay muchos restaurantes italianos en Colmar. Para mí fue el segundo mejor día del viaje.

Lunes 23:

Todos estábamos cansados y nos esperaba el viaje de vuelta. Muchos estaban tristes, pero yo estaba contenta porque echaba mucho de menos mi ciudad y a mi familia, sobre todo a mi hermano. Aunque en los días anteriores había hecho muchísimo calor, esa mañana hubo un momento en que llovió mucho e incluso hizo frío, aunque dejó de llover cuando llegamos al aeropuerto. Cuando monté en el avión, me dije que quería volver allí con mis padres y con mi hermano y visitar el Parlamento con ellos.

Personalmente, esta experiencia me resultó difícil, porque fue mi primera salida al extranjero sin mi familia. Sin embargo, ha sido muy importante para mí haberla vivido y he pensado mucho en ella después. Fue muy bueno estar allí. Además, hice amistad con las chicas de mi familia y he tenido la experiencia de participar en un proyecto europeo con personas de mi edad y aprender cosas sobre ciudadanía. Os recomiendo a todos participar en el proyecto eTwinning y a quienes puedan ir a Estrasburgo, que lo hagan, porque nunca olvidarán esta experiencia.

                                                       Ágata Jiménez Castaño 1º Bachillerato C.

La semana del 7 al 12 de junio cuatro profesores de nuestro centro: Félix, Rafa, Charo y Pilar acudimos a Florencia para realizar un curso sobre la metodología Flipped Classroom. Este curso podía ser impartido en Dublín, Berlín, Atenas, Barcelona o Florencia. Decidimos elegir Florencia para realizar esta movilidad porque es una ciudad llena de cultura y arte además de concentrar gente de todas partes del mundo lo que enriquecería nuestra experiencia formativa.

El curso fue impartido en la academia Europass situada en el centro de la ciudad. Allí nos encontramos con profesores de distintas nacionalidades por lo que pudimos intercambiar impresiones con colegas de otros países.

En el curso de Flipped Classroom pusimos en práctica aplicaciones, unas nuevas y otras ya conocidas para integrarlas en una unidad didáctica que aplicaremos después con nuestros alumnos.

Consideramos que estas movilidades son siempre una experiencia enriquecedora tanto para los profesores como para el centro y los alumnos.